
Se escribió mucho por estas horas sobre su historia, su mandato, sobre la democracia, sobre sus acciones y sobre su legado.
Mi aporte es personal, nací en 1982 un año antes de que Alfonsin llegara al gobierno.
Me recuerdo a los 6 años reparando a Alfonsin con las manos juntas a ambos lados haciendo reír a unos viejitos vecinos que me pedían que lo haga cada vez que pasaba.
Lo recuerdo en su intervención en el conflicto de La Tablada y por los australes. Recuerdo que un caramelo masticable Arcor valía 1 austral y que el billete era verde y en su cara estaba Belgrano.
No recuerdo los efectos de la hiperinflacion, pero ocurrió cuando era muy pequeño.
Hoy lloré después de mucho tiempo, porque en su ultimo discurso reconoció que nuestra democracia es joven y que su sueño todavía no esta terminado, pero sin duda que Dios sabrá recompensar su paso por esta vida, por sus acciones que cambiaron la vida de una Nación, y esa recompensa se trasladará algún día a todos los argentinos, porque sin duda su utopia de la democracia perfecta para Argentina fue el máximo deseo de Raul Ricardo Alfonsin, el Padre de la Democracia.
Dios nos manda a los hombres buenos por goteo y cada muchos años, Don Raul fue uno de ellos, y el ultimo enviado.
Te vamos a extrañar compatriota.
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